El lúpulo juega un papel esencial en el proceso de elaboración de la cerveza, además de tener un efecto determinante sobre el sabor, amargor y periodo de conservación de la misma. Los ácidos alfa en el lúpulo son los responsables del sabor amargo de la cerveza.
Para conseguir el amargor apropiado, una vez concluido el proceso de elaboración, la cantidad de lúpulo a añadir se debe dosificar con precisión. En función del tipo de cerveza, se emplean distintas variedades de lúpulo, cada una de ellas con un contenido distinto de ácidos alfa. De acuerdo con la European Brewery Convention (EBC 7.4), el contenido de ácidos alfa se determina mediante titulación conductimétrica con solución de acetato de plomo. Ese método se emplea para todos los productos del lúpulo, como umbelas, granulados o extractos.
La imagen derecha muestra una curva de titulación típica para ácidos alfa en productos del lúpulo.